TeeTime Klever / GQ
La perspectiva de los relojes en la alfombra roja ha evolucionado y así es como los estilistas de las celebridades forman parte.
Pocos días antes de la MET Gala 2023, la estilista Ilaria Urbinati, que estaba preparando a los actores Rami Malek y Barry Keoghan para el evento, se mostraba sorprendentemente relajada: “Siempre es una locura y apenas me doy cuenta”, dice.
Además, a diferencia de la temporada de premios —en la que hay que hacer malabarismos con varios trajes de distintas marcas para sus clientes en rápida sucesión—, los looks destinados a los Oscar de la Moda se diseñan a medida y, por lo general, se preparan con mucha antelación.
Pero a Urbinati aún le quedaba un aspecto importante por resolver para Malek y Keoghan: sus relojes.
¿Cómo ha cambiado la industria?
En los últimos dos años, para estilistas como Urbinati, los relojes han pasado de ser un accesorio ocasional a un elemento esencial de cada uno de sus looks: “Antes ponía un reloj aquí y otro allá a los chicos”, dice Urbinati. “Ahora todos los chicos tienen un reloj”.
En los casos de Rami Malek y Barry Keoghan, el proceso comienza cuando Urbinati selecciona una colección de 20 relojes de cada una de sus respectivas marcas asociadas —Cartier para Malek y Bulgari para Keoghan— y los reduce a seis para cada uno.
Esa media docena de selecciones se ponen a disposición de las estrellas para las pruebas finales, en las que ella decide cuáles son los relojes adecuados para sus looks y luego los envía a ellos.

Urbinati no es la única que da prioridad a los relojes de los hombres a los que viste. Para el estilista Jason Bolden, que trabaja con famosos como Dwyane Wade, Trevor Noah y Michael B. Jordan, los relojes ocupan un lugar tan prioritario que a veces se altera la propia ropa para que brillen estas piezas.
“Ha sido bastante agresivo con mi estilo”, dice Bolden, “ahora todo el mundo lleva un reloj. Hasta el punto de que hago que un lado de la manga del saco tenga el dobladillo un poco más corto que el otro para que se vean un poco más las caras del reloj”.
Los resultados de esta atención son evidentes en la alfombra roja, donde los relojes están ahora más presentes que nunca. De hecho, esta nueva inversión en relojes por parte de los estilistas ha dado lugar a la MET Gala con más relojes de la historia.
Hay más cantidad y variedad de relojes en la alfombra que nunca, pero lo más importante es que estos eventos de alto nivel también reflejan mejor las tendencias predominantes entre los frikis de la relojería, los miembros de los foros y los coleccionistas serios.
Urbinati no suele adentrarse en WatchUSeek —una comunidad dedicada a entusiastas de la relojería—, pero afirma que hay una “sensación en el aire” que influye en su forma de estilizar los relojes en la alfombra.
Ha conectado con esas vibraciones a pequeña y gran escala, tanteando marcas de moda como Tag Heuer y comprendiendo intuitivamente el cambio hacia los relojes deportivos de acero como piezas para todo el día: “Antes sólo prefería las correas de cuero si era un evento formal, y las de acero si era informal”, dice, “pero ahora me encantan las correas de acero para un evento formal”.
Esta es, por supuesto, la forma en que la mayoría de los hombres utilizan su colección de relojes hoy en día. Y no es sólo porque las piezas deportivas de acero dominen el mundo de la relojería, también hay un buen sentido de la moda que impulsa la decisión: “Hay una sensación relajada que prefiero”, dice Urbinati. “Y me gusta la contradicción del reloj más informal con un look más formal”.

La creciente atención a los relojes llega en un momento en que los hombres prestan más atención a la moda en general. Bolden compara estas piezas con el collar o los pendientes de una mujer, que durante décadas han sido el toque final de los conjuntos femeninos.
Ahora, la moda masculina exige el mismo tipo de meticulosidad: “Ahora se piensa más en todo: los zapatos, los calcetines, los accesorios y las joyas”, dice Urbinati. “Nunca dejamos que un hombre salga a la prensa sin el par de calcetines perfecto para su conjunto”.
Naturalmente, esto incluye una profunda inmersión en los relojes. La era de la moda masculina salvaje también ha hecho que los hombres se sientan más cómodos con sus relojes: “Los chicos se sienten un poco más liberados cuando se trata de joyas y de ser un poco más llamativos”, dice Bolden.
Y luego está el simple hecho de que los relojes son divertidísimos. Muchos de los hombres con los que trabajan Bolden y Urbinati se han convertido en coleccionistas a lo largo de los años.
Pensemos en Trevor Noah, quien lució su propio Audemars Piguet Royal Oak negro mate en la MET Gala del lunes. (“Fue una locura”, dice Bolden. “Nunca lo había visto antes”). Urbinati señala que clientes como Will Arnett y James Marsden —quien lee los blogs de relojería cuando no forma parte de un jurado imaginario— son grandes entusiastas de los relojes.
Más allá de los verdaderos coleccionistas, Urbinati también trabaja con tipos que siempre están dispuestos a probar algo nuevo (Dwayne “La Roca” Johnson, quien tiene que conseguir correas y brazaletes extralargos personalizados de las marcas, entra en esa categoría).
A medida que los relojes han ido cobrando importancia, tanto Bolden como Urbinati se han visto investigando más y adentrándose más en la madriguera del conejo: “Cada vez descubres más cosas interesantes sobre la historia de estos relojes y la antigüedad de muchas de estas empresas”, dice Bolden, “Muchos de mis clientes se han interesado mucho por la historia de estos relojes”.
El cambio más significativo para estos estilistas es que antes veían los relojes únicamente a través de una lente estética: la combinación de colores y estilos era más importante que conseguir un gran reloj.
Urbinati dice que eso ha cambiado para ella recientemente: “Si puedes conseguir un reloj cool, eso supera lo demás [como un color de esfera que combine mejor con el look]”, afirma.
Ese cambio de actitud es la principal razón por la que últimamente hemos visto mejores relojes en la alfombra roja: “Ahora es más fácil entrar en el mundo de la relojería”, dice Urbinati. En serio: ¿qué hay más fiel a la experiencia de un fanático de los relojes que, como los clientes de Urbinati en la MET Gala, tener un atuendo listo para salir y luego preocuparse por el reloj perfecto, deliberar sobre las muchas opciones y esperar hasta el último minuto para tomar una decisión?