La mayoría de las cervezas son un excelente acompañamiento para las comidas.
Klever Tee Time / Redacción
Cada tipo y estilo de cerveza tienen una serie de platos de carne que le irán a la perfección. También hay que tener en cuenta de qué animal es la carne, además de cómo esté cocinada y acompañada.
Las carnes cocinadas, además del aporte de sales minerales, aminoácidos y umami, aportan más aromas al calentarlas y hacerlas “al punto”, pero se intensifican cuando se seca la carne con más temperatura, ganando en olores y aromas.
De entrada tenemos que tener muy claro qué deseamos obtener, teniendo en cuenta el equilibrio entre la cerveza y el plato de carne gracias a su afinidad, o bien un agradable desequilibrio por el contraste entre las partes. Por ello, a continuación os ofrecemos sugerencias de maridajes para las carnes más habituales en la cocina:
Para una carne de vacuno cocinada, como un tartar de solomillo de ternera, podemos acompañarla con una cerveza tipo Ale y de estilo Dorada fuerte, como es una Judas belga (8,5% alc. en volumen) para contrarrestar la gran variedad de ingredientes que puede llevar, desde un salpimentado de la carne, cebolla, encurtidos, en plato con mayonesa de mostaza… hasta toques con dulces de fruta. La cerveza se puede servir en copa muy abierta, a una temperatura entre los 4 y 6ºC.
Una carne de porcino cocinada, como cinta de lomo, se puede acompañar con una cerveza tipo Lager y de estilo Doppelbock, que nos aporta un acentuado sabor a frutas y a caramelo. La Paulaner Salvator alemana (7,9% alc. en volumen) de sabor dulce y poco amarga nos servirá para marinar la carne. La cinta de lomo, cocinada muy especiada con pimentón dulce, guindillas secas, ajos, laurel y aceite de oliva. La cerveza se puede servir en copa, a una temperatura entre los 3 y 5ºC.
Para una carne de ovino o de caprino, como un cordero o cabrito al horno, podemos cocinarlo rociándolo con cerveza de tipo Lager y estilo Radler (con un alto porcentaje de limón natural) Amstel Radler y acompañarla en la comida con una cerveza Lager de estilo tostada, como una Cruzcampo Gran Reserva (6,4% alc. en volumen).
Que nos aporta un aroma fresco e intenso, en el que predominan los cítricos, el agradable aroma del tueste de la malta y los toques que, con la costra exterior generada por la alta temperatura, libera gran cantidad de compuestos aromáticos, aportando aromas y sabores a hierba, flores, cebolla, especias o tierra.
La cerveza se servirá en copa, a una temperatura entre los 3 y 5ºC.
La carne de ave, como un magret de pato a la naranja, se puede acompañar con una cerveza tipo Ale y de estilo Abadía Belga, como es la Affligem Double (6,8% alc. en volumen) donde el particular sabor de la carne del pato, la ligera acidez de la naranja, el caramelizado de los azúcares y la pimienta, de forma moderada, hace una perfecta armonía con una cerveza de doble fermentación con un aroma proporcionado por la malta tostada, sabor acaramelado y regaliz.
La cerveza se puede servir en copa muy abierta, a una temperatura entre los 4 y 6ºC.
Para una carne de sabor muy fuerte, como pueden ser unas carrilladas de cerdo, debemos marinarlas y ablandarlas con una cerveza tipo Ale de estilo Stout, como es una Guinness Draught, que aporta su sabor tostado intenso y suave, a la vez que nueces amargas y, una vez guisada o al horno, podemos acompañarla en la mesa con una cerveza Lager de estilo tostado, como la Amstel Oro (6,4% alc. en volumen)
Es de cuerpo ligero con un fondo de aromas frutales, suave caramelo y muy poco amarga que acompaña perfectamente a la carrillada. La cerveza se servirá en copa a una temperatura entre los 3 y 5ºC.