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Con el golf en la sangre, la piel y el alma

Ganador de 5 etapas del Ranking Profesional de Golf en 2022
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TeeTime Klever / Crónica

El golfista queretano es hoy por hoy uno de los mejores jugadores de nuestro país; con pasión y entrega ha sabido alcanzar las metas que se ha propuesto y promete ir por más en el 2023.

Muchos años han pasado desde aquel día en el que un chiquillo de apenas 11 años de edad llegaba al Club de Golf Tequisquiapan, en Querétaro, a buscar trabajo. Ese día quedó marcado para siempre en la mente de Erácleo. En el campo, vio con admiración a los golfistas que le pegaban a la pelota y realizaban grandes jugadas. 

“Yo quiero ser como ellos”, se dijo a si mismo el pequeño, que empezó por cargar bolsas de golf. Tiempo después, y sorteando muchas dificultades, llegó hacer realidad su sueño: ser golfista profesional.

Yo llegué al Club a la edad de 11 años porque necesitaban ahí muchachos para cargar la bolsa, Yo tengo una hermana que era secretaria y me dijo por qué no vas al Club a ver si te ocupan ahí cargando la bolsa porque en la casa no me aguantaban.

Era muy indisciplinado. Desde el primer momento que llegué al club me fascinó porque cuando fui estaba jugando el profesional de ahí, y cuando lo vi dije yo quiero ser como él…

Me di a la tarea de ser su amigo, se llamaba Leonardo González, pero le decíamos Marcelino. Yo era su consentido y pronto también estuve en el pie de práctica, donde se juntan las pelotas y pronto ya estaba pegándole a la pelota.

A los 19 años, en 1986, debuté como profesional, ahí en el Club de Golf Tequisquiapan. Ahí gané mi credencial como profesional. Se dio rapidísimo.

Fue difícil porque la verdad, no quise estudiar por jugar golf, me mandaban a la escuela, pero mi Mamá no sabía que no iba porque yo me iba a jugar golf. Y fue un luchar porque yo quería jugar y no aceptar disciplinas y eso me llevo a tener muchos problemas. De hecho, me retiré del golf.

Renuncié a mi sueño por un tiempo, en el 85 me fui a trabajar a Estados Unidos.

Me tuve que ir a Estados Unidos y ahí trabajé en el campo levantando pacas, después trabajé en una fábrica, también en un restaurant. Al año, en 1986, volví a México. Me junté con mi esposa y regresé como caddie al Club; se viene el torneo de fin de año. Yo ya no quería saber nada de nada de golf, pero todavía tenía el ‘gusanito’.

De la noche a la mañana se abrió todo por lo que había luchado. Empiezo a conocer realmente lo que es el juego, yo sabía pegarle a la bola, pero no sabía que técnica se usaba. Era lírico ciento por ciento, después fui aprendiendo hasta llegar hasta donde estoy ahora.

Regresé a lo mismo porque no sabía hacer otra cosa más que jugar golf. Ese año fue cuando los profesionales me dijeron ¿por qué no juegas? Pero, rebelde como siempre, dije ya no juego, ya no es lo mío. Además, es muy caro y no tengo con qué pagar.

Me dijo un socio de ahí –yo te lo invito-. Me dijo otro, si quedas dentro de los primeros 10 lugares yo te regalo mi equipo. Bueno pues, vamos a jugar. El torneo fue de cuatro días. Tres días iba en primer lugar y al cuarto día ya no podía poner la bola sobre el tee, estaba demasiado nervioso, ya no había dormido, ya era demasiado para mí y jugué mal ese día, pero logré quedar décimo.

Me regalaron el equipo y obtuve la credencial como profesional, fue más del dinero que se podía lograr en un año. La vida me cambió de un día para otro, cuando me dijeron ya eres profesional, ya puedes jugar como profesional.

Entonces me llegó un patrocinio, me ofrecieron irme para Celaya, exclusivamente para jugar y pagándome por jugar y yendo a los torneos, pues dije esto es lo mío, es lo que estoy buscando. Entonces pude practicar todo el tiempo que yo quería, para mí todo era golf.

En ese tiempo jugué en la gira de Benson & Hedges en el 87. Empecé a jugar por toda la república. Tres años y medio estuve en Celaya, cuando se acabó el patrocinio regresé a Tequisquiapan, no me fue fácil porque, como había sido muy indisciplinado, no me daban fácil el lugar, me costó tres años volver a entrar a trabajar y lo hice a partir del 92.

¿Cuál fue el requisito para volver a jugar en Tequisquiapan?

Para volver a jugar en Tequisquiapan, nu fue fácil. Simplemente no había trabajo para mí, no podía yo entrar. Pero yo siempre lo que he querido lo he logrado a base de terquedad o como se diga. Dije, yo voy a volver a entrar.

Estudié Tercero de secundaria. Luego una carrera, soy mecánico tornero. Lo ejercí un tiempo, pero no era lo mío. Yo pensaba en el golf. Pero la vida te tiene destinado lo que es lo tuyo. Ahora conozco mucha gente, muchos lugares. La verdad es que la vida ha sido maravillosa gracias al golf.

He jugado toda mi vida en el Club Tequisquiapan desde que soy profesional. A mi quien me ha dado todo el apoyo es Jorge Kahwagi Gastine, es el que me ha dicho ve a jugar, tú práctica, tú tienes todo para hacerlo.

Conozco Jorge Kahwagi desde que era niño aquí en el Club Tequisquiapan.

Él me ha visto crecer desde los 11 años, y ahora estoy muy pegado a él porque soy su instructor, yo siempre estoy al tanto de él yo lo acompaño al campo. Me ha hecho sentir que me aprecia mucho y yo a él lo quiero mucho por toda la ayuda que me ha dado. El me dado el apoyo para poder salir, poder regresar. Es una gran persona que ha sido muy fuerte en mi vida.

En una ocasión le dije: quiero pedirle un favor, mis hijos están en la escuela, yo necesito jugar para ganar dinero y la única persona que me lo puede autorizar es usted. Se quedó pensando y me dijo está bien vete a jugar. Me ha ido muy bien jugando, tengo tres hijos profesionistas. Me ha ayudado. Antes de que le digas algo parece que él ya lo sabe.

Se puede vivir del golf en México“… de dos formas. Como jugador y como instructor. Soy instructor y también mi juego está dando resultados, tengo buen nivel; cuando mi juego ya no dé me voy a enfocar más a instruir.

En el Club de Golf Tequisquiapan instruyo unos 12 niños, ocho o 10 señoras. Serán como unos 25 del puro club. Algunas veces son dos o tres sesiones por mes.

Cuando llegan mis alumnos: cuando inician su primera clase yo les digo que no hay nada que no puedan aprender, de eso me encargo yo. Si tú quieres aprender a jugar ya tienes la mitad ganada, yo pongo la otra mitad. Yo te garantizo que aprendes.

En el golf lo más importante es el juego. Soy prefesional. El amateur juega por un trofeo y el profesional juega por dinero. Yo soy profesional y llegar a la casa y decir mira acabo de ganar un trofeo, eso no me ayuda en nada. A mí lo que me sirve es el dinero. Juego por dinero, no por trofeo.

El año que entra voy a jugar la gira RPG y la Gira Profesional de México, me voy acomodando, voy a mantenerme me gusta que la adrenalina corra, así le voy a seguir haciendo.

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