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¿Cuáles son los pasos para formar una cultura REALMENTE sólida?

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Estos principios te guiarán sin importar el tamaño de tu empresa o su ubicación geográfica.

Klever Tee Time / Redacción

La cultura es el ingrediente más importante del éxito de cualquier empresa. Vive y guíate por este lema. Aunque no puede definirse categóricamente ni medirse facilmente, agrega un valioso activo al balance. Si quieres tener éxito, la implementación de una cultura sólida puede ser la clave.

Esta simple verdad funciona con el fin de conseguir y mantener buenos colaboradores. Es necesario proporcionar un lugar en el que quieran trabajar; esta es la base de todas las empresas de alto rendimiento.

Entonces, ¿cómo construimos algo que no podemos definir y medir fácilmente? Como líderes, tomamos decisiones todos los días con información incompleta. Analizamos lo que sabemos, confiamos en nuestro instinto, hacemos nuestras apuestas y finalmente lideramos a través de la ambigüedad. La cultura no es diferente: lo sabemos cuando lo vemos. Y la buena noticia es que hay muchos líderes y empresas de los que podemos aprender; aquellas personas y lugares que constantemente hacen esto bien. Al observar estos ejemplos, creo que hay seis principios rectores para construir una buena cultura, sin importar su tamaño, industria o ubicación geográfica.

Mídelo para poder gestionarlo

Aunque no es fácil de hacer, eso no significa que no debamos intentar medir la salud de nuestra cultura. Reúna aportaciones cualitativas y cuantitativas en todos los niveles a través de encuestas, conversaciones individuales y comentarios programados periódicamente. Pregunte cómo se sienten las personas y qué se puede mejorar. Por ejemplo, en una reunión alguien dijo: “Mario  me acaba de decir que lo haga”. ¿Se estaba obligando a alguien a hacer algo que no quería hacer? Esa no es una cultura saludable, solo hacer cosas que crees que son estúpidas porque el jefe lo dijo.

Crea un ambiente seguro para la retroalimentación

Recompensar a las personas por decir la verdad es fundamental. El mayor obstáculo para obtener buenos datos surge cuando sus gerentes han ignorado, cerrado o reaccionado negativamente a, o peor aún, castigado a las personas por comentarios honestos. Todo lo que se necesita es un error para inculcar el miedo a hablar que inhibirá permanentemente su capacidad para obtener opiniones honestas en las que pueda actuar para mejorar su cultura.

No ignores las señales del problema

Si sientes algo incómodo o extraño, averigua por qué, pase lo que pase. Estamos finamente sintonizados para notar cuando las cosas van mal. Una reunión que fue demasiado tranquila. Una persona que simplemente no interactúa. Un comentario lateral que parecía un poco duro. Por supuesto, a veces no se puede saber si es un asunto personal o laboral el que molesta a alguien. Pero si se siente extraño, a menudo es un problema cultural que debe investigarse y aprender.

Aumentar los calores al nivel de las aspiraciones

Los valores son la base de su cultura, a menudo sinónimo de buena cultura. Todas las personas deben conocer sus valores de memoria y poder conectarlos con lo que hacen en el trabajo. Incorpore historias de valores en el trabajo diario para demostrar que sus valores son prácticos y están integrados en todos los aspectos de su empresa. Siempre lidere con el ejemplo viviendo sus valores y, lo más importante, disculpándose cuando no lo haga. No les pidas a los nuevos empleados que memoricen los valores, pero después de que hayan estado en la empresa algunas semanas, pegúntales cuáles creen que son los valores, según lo que hayan visto. Esto muestra si realmente se están viviendo.

Hazte responsable de los valores

Conocer y comprender los valores es fundamental, pero también lo es asegurarse de medir, avanzar y recompensar en función de la adherencia a los valores. Las empresas a menudo no logran incorporar valores en su sistema de gestión del desempeño. Y es un error fatal. Identifica los comportamientos asociados con cada valor y obtén comentarios formales durante todas las revisiones de cada comportamiento. Esto envía un fuerte mensaje de que los valores nunca son negociables. Los valores alimentan el éxito individual y colectivo, sin excepciones.

Sé constante

La cultura nunca se acaba. Se necesitan años para construir y momentos para destruir. Una manzana podrida puede estropear una buena cultura y diferentes momentos requieren diferentes culturas (como una pandemia, por ejemplo). Requiere una vigilancia constante. En última instancia, no existe una fórmula única ganadora. Pero el trabajo arduo y las mejoras incrementales eventualmente le darán la cultura que desea.

Al final del día, la cultura es un poco como el amor. Suave, blanda, difícil de definir, pero fundamental en última instancia para una vida feliz (laboral). Y al igual que el amor, tal vez no necesitemos ponernos de acuerdo en una definición de libro de texto para creer en él, nutrirlo y dejar que nos enriquezca. Sabemos que nos conecta. Sabemos que nos ayuda a tener éxito. Y sabemos que depende, especialmente de los líderes, fomentarlo y protegerlo.

No te detengas en buscar la cultura “correcta” o en encontrar las palabras perfectas para describirla. Confía en tu instinto, adopta la retroalimentación honesta, hazte responsable de ellos responsables y trabaja todos los días para ser el tipo de líder que construye empresas donde la gente quiere trabajar.

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