Breaking News

El verdadero negocio del golf

Pinterest LinkedIn Tumblr

Más que un deporte, este juego es una vitrina inmobiliaria que en México ya vale $6 mil 500 mdd.

TeeTime Klever / Redacción

Dicen que no hay mejor inversión en México que un bien inmueble… siempre -y cuando tenga a un lado un campo de golf. “Yo prefiero invertir en un -fraccionamiento con campo de golf que en el banco, el dinero crece más rápido -y con mayor seguridad”, dice Enrique Valenzuela, el único diseñador mexicano -de campos de golf reconocido como tal en Estados Unidos, el país donde más -arraigo tiene esta actividad, con 27 millones de jugadores.

Como deporte, el golf experimentó un auge en los últimos cinco años a -raíz de la popularidad mundial de Tiger Woods, y más recientemente, en -México, por el enorme éxito de la jugadora tapatía Lorena Ochoa.

Sin embargo, el aumento en el número de jugadores mexicanos no corresponde -con el explosivo crecimiento de campos en destinos turísticos y en desarrollos -inmobiliarios.

Hace cinco años había unos 60 mil jugadores. Hoy, el número ronda los -70 mil, un crecimiento cercano a 17%. Pero la cantidad de campos construidos en -la última década, unos 80 aproximadamente, hace pensar que el negocio está en -otra parte. “No ha crecido tanto el deporte como el negocio”, dice Rick -Norton, de Norton Consulting, una firma de asesoría inmobiliaria especializada -en desarrollos de golf que ha trabajado para Nicklaus Design, la empresa que ha -diseñado los campos de mayor valor en México.

Entre 20% y 30% de quienes compran propiedades en un fraccionamiento con -campo de golf, practican este deporte. El resto lo ve como una inversión, -cuestión de estatus social y seguridad familiar.

En Estados Unidos el precio de una propiedad dentro de un desarrollo con -campo de golf es hasta 30% superior a una de las mismas características no -asociada al campo, dice Norton. Pero este diferencial en México puede llegar -hasta 35%, según José Luis Monroy, gerente de Atención al Socio del Club de -Golf Tres Marías, en Morelia.

“El campo de golf, por sí mismo, no es negocio”, dice Valenzuela. “El -campo le da a cualquier propiedad un valor agregado sin igual”. El precio del -metro cuadrado en Tres Marías, por ejemplo, creció de $110 dólares en mayo de -2002, a $225 dólares en diciembre de 2003. Se calcula además, que valdrá unos -$300 dólares en junio de 2005, según el estudio Lot Price Trends, de Norton -Consulting, realizado en base a factores de mercado estadounidenses. El precio -real actual, según Tres Marías, es de $230 dólares y seguirá subiendo.

El valor construido de mercado del negocio inmobiliario del golf en México -es de $6 mil 500 millones de dólares, de acuerdo con Chuck Kinder, presidente de -Golf Publishing International, que edita Best’s Golf Guide to México, -considerada la biblia de los campos mexicanos para los estadounidenses.

El prestigio

Desde una foto satelital en México se verían 200 campos verdes con trampas -de arena, matorrales, árboles, palmeras y, en algunos casos, lagos -artificiales. Cerca de 30 áreas más, de esta naturaleza, están actualmente en -construcción. El negocio ha atraído a los mejores diseñadores del mundo, -quienes cobran sumas millonarias por sus servicios. Se trata de gente como -Nicklaus, Robert Van Hagge y Robert Trent.

Un campo de diseñador puede costar hasta un millón de dólares por hoyo, se -queja Valenzuela, quien dice que se ha ganado el mote de The nightmare (La pesadilla) entre las firmas de diseño estadounidenses que operan en México, -pues sus proyectos rondan los $700 mil dólares por hoyo.

Ernesto Coppel, quien invierte en un complejo en Pueblo Bonito, Los Cabos, -dice que los honorarios del diseñador del campo (Jack Nicklaus) van de uno a -$1.5 millones de dólares, mientras la construcción cuesta de $14 a $16 -millones de dólares, y la casa club requiere una inversión de hasta cuatro -millones.

El proyecto de Coppel contempla dos campos en los que calcula entre $30 y $32 -millones de dólares de inversión, más $100 millones más para infraestructura -e inversiones aledañas. Nicklaus Design, la firma de diseño más célebre en -el mundo, tiene ocho campos abiertos en México, 12 más en construcción y por -lo menos cinco prospectos más, según Tim Kenny, su vicepresidente.

Moon Palace, en Cancún, es uno de los campos de golf diseñados por Nicklaus -en México. El costo por construirlo fue de $20 millones de dólares y su -manutención asciende a $3.5 millones de dólares anuales. Propiedad del -hotelero José Chapur, en este campo se organizó en 2004 el Abierto Mexicano y -rechazarán un torneo del tour de la Professional Golf Association (PGA), de -Estados Unidos, porque su campo tiene mucha demanda, según Akira Tominaga, -director de Golf del hotel.

En Cancún, Chapur está por construir dos campos más, por lo que 11 campos -funcionarán en 2005. Norton calcula que hay entre seis y 10 proyectos más -cocinándose en la zona.

El otro inversionista en Cancún es Adolfo Fastlicht, quien encabeza un -coproyecto privado con el Fondo Nacional Turístico (Fonatur) para el desarrollo -de Riviera Cancún. Ahí se planea invertir cerca de $370 millones de dólares -en un complejo que incluye dos campos de golf de 18 hoyos y espacio hasta para -cinco hoteles gran turismo.

Tales proyectos, en trabajo conjunto con la Secretaría de Turismo (Sectur) y -el Consejo Nacional de Promoción Turística (CNPT), servirán para situar a -México como un destino de golf internacional, de acuerdo con Milko Rivera, -director de turismo Náutico y Deportivo de Sectur.

En Los Cabos, la zona golfista más atractiva desde el punto de vista -turístico, hay ocho campos. Norton dice que ha escuchado de otros 10, sin -contar con el recién confirmado proyecto del connotado diseñador Tom Doak, -Bahía de los Sueños, del que se ha dicho será el de mayor nivel del país.

Pese a que el gusto por el golf avanza en el país, el número de socios ha -permanecido estable en los últimos años. En buena medida debido a que el -esquema de crear un campo de golf como un club de asociados ha perdido fuerza en -el país, de acuerdo con Francisco Hungler, presidente de la Federación -Mexicana de Golf.

Como consecuencia, el jugador estereotipo no ha cambiado en México. Una de -las claves por las que el golf no ha llegado a más mexicanos son los costos. A -diferencia de Estados Unidos, en México no existen los campos públicos. Para -jugar hay que ser socio de un club, y sólo en algunos aceptan a invitados, u -hospedarse en un hotel de lujo con campo de golf.

Los precios por green fee promedian $100 dólares por sesión. En Palmilla, -de Los Cabos, una inversión de $190 millones de dólares, el precio es de $200 -dólares, según Eduardo Stainer, su director. Además, un set mínimo de tres -palos cuesta desde los $150 dólares a los $1,200 dólares. Aunque de acuerdo -con Alfredo Sánchez, director general de Infogolf México, hay rondas que -llegan a costar $1,500 dólares.

“Lo que ahora hace falta en el país es hacer que más gente pueda -practicar el golf, que sea más accesible”, opina Rivera, de Sectur.

En el camino hay obstáculos. De acuerdo con Francisco Lavat, director de -Championship Management, principal promotor del golf en México y ex presidente -de la FMG, han existido varios intentos de la iniciativa privada para construir -campos públicos y no se han logrado debido a la negación de permisos -oficiales.

Dentro del gremio del golf tampoco parece haber coincidencias sobre la manera -de aumentar la penetración del deporte. Ricardo Martínez, de Golf Range Sante -Fe, un lugar en donde se pueden practicar tiros de salida, dice que esta empresa -firmó un acuerdo con la FMG para crear un club virtual, donde no había -necesidad de ser socio para gozar de pases para jugar en campos privados. Muchos -de los dueños se negaron.

 Ídolo mexicano

Aunque no se registre un boom de golfistas nacionales, sí ha aumentado el -interés por el golf. En el último lustro han proliferado las llamadas “prácticas” -de tiro de golf, donde la mayor parte de sus asistentes son personas que nunca -han jugado el deporte, según Martínez. En el DF suman alrededor de 12 y -existen otros en el Estado de México, Guerrero, Morelos, Jalisco y Michoacán, -de acuerdo con la FMG.

El Golf Range de Sante Fe, ubicado en la Ciudad de México, es uno de los -primeros en haberse instalado en el país. Las tardes de los martes y -miércoles, los días buenos entre semana, el sitio está repleto de ejecutivos. -En las mañanas hay mujeres y los fines de semana niños, según José Bejero, -uno de los encargados. Tiene 38 estaciones de tiro y el cliente paga alrededor -de $60 pesos por una canasta de 55 bolas. El promedio mensual de asistencia es -de alrededor de 1,000 personas.

Golfexpress, el principal proveedor de implementos para golf, cree que el -número de jugadores subió 25% en los últimos cinco años. Las ventas también -subieron, aunque no en la misma proporción, porque algunos jugadores aún -compran el equipo en el extranjero.

El talento de Lorena Ochoa ha sido clave para llevar al golf fuera de los -campos. Desde hace tres años Televisa transmite este deporte, gracias a los -logros de la tapatía. “Va a ser nuestra próxima Ana Guevara”, señala -Martín Román Sierra, director de Comunicación de Eventos Especiales de -Televisa.

De ser así, la televisora logrará recuperar los gastos hechos hasta ahora. -De acuerdo con Román Sierra, apenas este año el pool de anunciantes garantiza -un punto de equilibrio.

Mientras Lorena tenga triunfos en el máximo circuito del golf no habrá -problema. La afición, que suma alrededor de unas 100 mil personas, según la -FMG, seguirá creciendo. En consecuencia, los anunciantes querrán ligar sus -nombres al de Lorena y a este deporte.

Compañías cerveceras, automotrices, de ropa, joyas, llanteras y productos -de consumo, en general, se han subido a la ola del golf, ya sea como anunciantes -o patrocinadores de torneos. Las firmas AeroMexico, Audi, Nike, Office Depot y -Upper Deck patrocinan a Ochoa.

Luego de uno de los triunfos de la tapatía, un directivo de Audi anunció -que renovaría su contrato con la golfista. “Pusimos nuestra marca en el lugar -adecuado”, dijo.

Write A Comment