Tee Time Klever/Robb Report
Flockhill Lodge es una experiencia como pocas. Ubicado en el corazón de los Alpes del Sur de Nueva Zelanda, a solo una hora de Christchurch, este albergue de lujo combina la majestuosidad del paisaje con el confort más exclusivo. Desde el primer momento, el trayecto hacia el valle de Craigieburn es una experiencia visual deslumbrante, comparable con las mejores postales suizas. Y si decides llegar en helicóptero —como muchos de sus huéspedes—, el espectáculo aéreo es aún más inolvidable.
Originalmente una granja activa fundada en 1857, Flock Hill alberga más de 10,500 ovejas Merino-Romney y 400 cabezas de ganado. Pero no te preocupes: aquí no vienes a trabajar, sino a desconectarte. Desde 2022, la finca cuenta con la Homestead, una casa privada de lujo para hasta ocho personas con piscina, chef y staff exclusivo, diseñada para quienes buscan privacidad absoluta.
Más recientemente, Flockhill sumó villas independientes que ofrecen opciones más flexibles para parejas o grupos pequeños. Aunque algunas áreas del resort aún están en desarrollo, la experiencia ya es totalmente premium. El entorno natural, el silencio y el aire puro son el verdadero lujo.
Y si hay un protagonista inesperado, es Sugarloaf, el restaurante de la propiedad. Bajo la batuta del chef Taylor Cullen —formado en Australia e influenciado por Noma—, presenta un menú hiperlocal que cambia constantemente. Ostras con grasa de res, maíz fermentado o pez rey madurado en heno son solo algunas de las sorprendentes creaciones. La técnica es refinada, pero los ingredientes son tan honestos como el paisaje que los rodea.
Flockhill Lodge no es solo alojamiento: es una inmersión en la belleza alpina, el confort absoluto y la cocina de vanguardia. Un rincón donde el lujo y la vida rural conviven con una armonía única.
