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Honda analiza reubicar producción de México y Canadá hacia EE. UU. para evitar aranceles del 25% impuestos por proteccionismo industrial.
La automotriz japonesa Honda Motor Co. evalúa una importante reestructuración en su red de producción en América del Norte, considerando trasladar parte de la manufactura que hoy realiza en México y Canadá hacia plantas ubicadas en Estados Unidos. El objetivo: evitar el arancel del 25% a autos importados, decretado por el expresidente Donald Trump, y alcanzar que el 90% de los vehículos vendidos en EE. UU. sean de producción local, según informó el diario Nikkei.
La decisión se da en un contexto de creciente presión por parte de las políticas de proteccionismo industrial estadounidenses, lo que ha llevado a Honda a contemplar incrementar su producción en Estados Unidos hasta en 30% en los próximos dos o tres años. Esto implicaría nuevas contrataciones, ampliación de turnos y trabajo los fines de semana, de acuerdo con la publicación japonesa.
Aunque Honda no ha confirmado oficialmente la información, fuentes del sector ya habían anticipado un posible cambio de planes. Reuters reportó desde marzo que la marca japonesa trasladaría la fabricación del nuevo Civic híbrido de México a Indiana. Ahora, se suma el posible traslado de la producción del CR-V desde Canadá y del HR-V desde México hacia plantas estadounidenses.
Esta estrategia busca blindar a la empresa de las nuevas tarifas y evitar un incremento en los precios de sus modelos en el mercado estadounidense, donde Honda colocó 1.4 millones de vehículos en 2024, representando el 40% de sus ventas globales. Casi el 40% de esos autos fueron fabricados fuera de Estados Unidos, principalmente en México y Canadá.
Tan solo en el primer trimestre de 2025, Honda logró incrementar sus ventas en EE. UU. en 5%, con cerca de 352,000 vehículos comercializados, lo que refuerza la necesidad de mantener su competitividad en ese país sin impactar los precios finales al consumidor.
El posible movimiento de Honda marcaría un giro importante en su estrategia de manufactura regional, que hasta ahora aprovechaba los beneficios del T-MEC para mantener costos competitivos sin sacrificar calidad o presencia en el mercado más relevante para la compañía.
