Tee Time Klever/Marca
McKINNEY, Texas – Cuando el mejor jugador del mundo encuentra su ritmo, el resto solo puede mirar. Eso fue exactamente lo que ocurrió en la CJ Cup Byron Nelson, donde Scottie Scheffler firmó una de las victorias más aplastantes del año, imponiéndose por ocho golpes de ventaja y confirmando que su reinado en el golf mundial está más vigente que nunca.
Con un torneo prácticamente decidido antes del domingo, Scheffler salió al campo con la tranquilidad de quien sabe que está jugando en otro nivel. Inició la jornada final con una ventaja de ocho golpes y no mostró fisuras. Jugó los primeros nueve hoyos con cinco birdies, un eagle y un bogey, registrando 30 golpes en ese tramo. El dominio fue tal que, si el torneo se hubiera jugado solo en los primeros nueve hoyos de cada ronda, Scheffler aún habría quedado segundo, solo detrás de Erik Van Rooyen.

El sudafricano fue el mejor entre los mortales, con una sobresaliente ronda final de 63 golpes, libre de errores y adornada con dos eagles. Aun así, no tuvo opciones reales de alcanzar al texano, cuya semana fue una lección de consistencia, potencia y control total sobre el campo.
Scheffler finalizó con 63 golpes en la ronda final y un total de -31, quedándose a corta distancia de registros históricos como el -35 de Hideki Matsuyama o la ventaja de 15 golpes que Tiger Woods logró en el US Open 2000. Aunque un bogey en el hoyo 17 impidió otra tarjeta de 61 golpes como la del jueves, el mensaje fue claro: el número uno está en su mejor momento, y justo a tiempo para el PGA Championship que comienza en diez días.
Esta victoria representa la decimocuarta en el PGA Tour para Scheffler en apenas 139 torneos disputados, una proporción que impresiona en un deporte donde la derrota es habitual incluso para los mejores. Con triunfos consecutivos, un juego afinado en todas las áreas y la confianza de quien lidera sin titubear, Scheffler vuelve a demostrar por qué es, sin discusión, el mejor golfista de la actualidad.