Herb Kohler decidió crear un resort de lujo con dos campos de golf capaces de tener los mejores torneos del mundo como la Ryder Cup

Tee Time Klever / Redacción

Así es como a sus 82 años, este multimillonario estadounidense de origen alemán cumplirá uno de sus grandes sueños.

La Ryder, la mejor de todas las competiciones golfísticas, se realizara en Whistling Straits. En el Straits Course, los dos recorridos de este campo de 36 hoyos asociado junto a Blackwolf Run a The American Club, un punto de referencia para las élites de Wisconsin (EE UU). A las cuales pertenece Kohler junto a su hermano David de un conglomerado industrial con ramificaciones en fontanería, mobiliario, motores, generadores de electricidad o turismo el cual antes de la pandemia empleaba a 40.000 personas.

Con una fortuna actual estimada en 8.800 millones de dólares Kohler, tuvo visión. Le pidió a Pete Dye, uno de los grandes diseñadores de la historia, autor de recorridos míticos como los de Sawgrass, Kiawah Island o Mission Hills, muchos de ellos junto a su mujer Alice, constuir el links al de interior de una finca que adquirió Kohler junto al lago Michigan.

La cantidad de obstáculos de arena en Whistling Straits es tanta que la PGA de América se vio en la necesidad de emitir una circular esta semana en la que informa a los participantes en la Ryder de que durante la cita los bunkers se jugarán como bunkers. Parece una obviedad pero no es así.

Ya que en ocasiones, como en el último PGA en Kiawah Island, las zonas se consideran waste areas y se puede jugar en ellas sin penalidad, apoyando el palo en la superficie, algo prohibido en un bunker. Y segundo porque existía confusión con esto en otros eventos celebrados en Whistling Straits.

Cómo el caso de Dustin Johnson en el PGA de 2010. El estadounidense era líder en la última jornada cuando apoyó el palo en una de estas trampas. Completó el hoyo con bogey, creyendo que había empatado con Bubba Watson y Martin Kaymer y que le tocaba jugar un playoff por el título. 

Pero no era así, los árbitros revisaron las imágenes y se percataron de que había cometido una infracción, penalizándole con dos golpes más que lo dejaron en quinta posición.

Un sueño hecho realidad para Herb Kohler, con la Ryder en casa es como un niño en una tienda de juguetes. “Me han prometido un buggy para ver los partidos en primera fila”, dijo el magnate, que a los 82 años alcanza una de sus metas vitales.