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TeeTime Klever / Forbes México

El consejero delegado de Nvidia, Jensen Huang, es el CEO mejor valorado a escala mundial dentro de un top 100, según un nuevo informe Brand Guardianchip Index 2023 de la consultora Brand Finance, líder en valoración de marcas.

“El ascenso de Huang al primer puesto refleja su papel crucial en la supervisión del avance de Nvidia hacia la próxima era de la informática, a través de la innovación en inteligencia artificial, biología digital, ciencias climáticas y vehículos autónomos y robótica. Esto ha impulsado a la marca a seguir logrando cambios positivos ayudando a resolver desafíos ya redefinir el futuro”, destaca el reporte. 

Mientras que Mukesh Ambani, del conglomerado indio Reliance, y Satya Nadella, de Microsoft, ocuparon el segundo y tercer puesto respectivamente.

Ambani sigue supervisando la transición de Reliance hacia la energía verde y la diversificación de sus ramas de telecomunicaciones y venta al por menor. 

Les acompañan en lo alto de la clasificación los guardianes de marca de varias marcas conocidas: Shantanu Narayen, de Adobe (4º), Sundar Pichai, de Google (5º), y Punit Renjen, de Deloitte (6º).

La CEO de CHANEL, Leena Nair, fue la mujer mejor clasificada en el ranking en la posición 11 . Solo 7 de cada 100 guardianes de marca son mujeres

Foto: Archivo

El “liderazgo comercial” y el “cambio positivo inspirador” son ahora los dos impulsores más importantes de la reputación.

El reporte de Brand Finance indica que la mitad de los 10 principales directores ejecutivos o equivalentes de este año procedían de los sectores de tecnología y medios, frente a 9 de cada 10 en 2022, lo que destaca una diversificación de sectores en la parte superior del ranking en 2023.

Ingeniería y Finanzas son los antecedentes más comunes que proceden los que están en el ranking. Ambos representaron 27 de los CEOs de marca incluidos en el ranking, más del doble del siguiente fondo más común, que fue Ciencias de la Computación. 

En tanto que 9 directores ejecutivos fueron los fundadores de las empresas que ahora lideran, mientras que un sorprendente 72 de cada 100 fueron designados internamente para su puesto actual.

Un CEO latino

Entre los CEOs de países latinos solo se encuentra a Maluhy Filho, presidente ejecutivo de Itaú en Brasil. Juan Roig de la valenciana Mercadona y Daniel Hajj , de la mexicana América Móvil experimentaron subidas en sus proporciones, pero no entraron en el top 100.

El ranking, que en 2022 se abrió a 250 CEOs se ha reducido este año a 100 por lo que los directivos españoles se han quedado fuera.

Por países, Estados Unidos encabeza la clasificación y China le sigue. Sin embargo, hay que resaltar a los directores ejecutivos indios, que también obtuvieron buenos resultados, 6 entre los 100 primeros y 2 entre los 10 primeros. 

Según la investigación, los CEO realmente excepcionales se concentran los primeros años en planes de reducción de costos.

TeeTime Klever / Redacción

En la actualidad, los CEOs enfrentan enormes desafíos ante la incertidumbre que existe alrededor de los retos que demanda la transformación digital, que casi los obliga a repensar el cambio del modelo de negocio que lideran.

Frente a este cambio, deben reunir un equipo de gestión y establecer una dirección estratégica en un contexto en el que las estructuras son cada vez más horizontales.

Para proporcionar una guía para los CEOs en este escenario, los analistas Michael Birshan, Thomas Meakin y Kurt Strovink, socios principales en la oficina de Londres de la consultora empresarial McKinsey, desarrollaron un artículo titulado “What makes a CEO ‘exceptional’?”, en el que analizaron las experiencias de CEOs excepcionales, aquellos que en sus bases están catalogados como los mejores entre los más de 600 CEOs de compañías S&P 500 entre los años 2004 y 2014.

Los consultores se enfocaron en el 5% de este universo, que se caracterizaba por haber generado en sus compañías el crecimiento de las utilidades para los accionistas en más de un 500% durante su mandato.

Si bien el grupo reunía casos de ejecutivos excepcionales que lograron rendimientos notables en circunstancias inusuales, que transformaron empresas en quiebra en compañías rentables en poco tiempo, también existen casos de líderes que lograron mayores retornos gracias a estrategias de reposicionamiento o disciplina operativa en condiciones industriales y económicas más normales.

En general, a decir de los investigadores, un primer hallazgo fue descubrir que los CEO excepcionales estaban en cualquier industria, sin importar el tamaño de la empresa. Bajo esa perspectiva, identificaron tres características clave de los CEO excepcionales.

1. El líder que llega de afuera
“Descubrimos que, en promedio, los CEOs que son contratados externamente tienden a utilizar más palancas estratégicas que aquellos que vienen de adentro”, dice el artículo. Es decir, según un primer análisis, los líderes más exitosos son aquellos que no han hecho carrera dentro de una misma organización hasta llegar a la cima de la pirámide, sino que son gerentes o directores externos que llegan con “el punto de vista de un extraño para desafiar la cultura de la empresa con mayor objetividad y superar la inercia organizacional que a veces limita el ámbito de acción”.

Si bien existen líderes empresariales notables que empezaron desde abajo hasta llegar a lo más alto, como Mark Parker (Nike) y Mary Barra (General Motors), o ejecutivos que llegaron ocupando cargos gerenciales y escalaron posiciones rápidamente, como Tim Cook (Apple) y Jack Welch (General Electric); existen CEOs que llegaron exclusivamente para ocupar ese puesto, como Pablo Isla (Inditex) y Paul Polman (Unilever), que transformaron totalmente los negocios.

2. Líderes de acciones estratégicas
Los hallazgos de los tres consultores señalan que los CEO excepcionales, en el 60% de los casos, realizaron una revisión estratégica en sus primeros dos años, respecto de los CEO promedio.

Con información sobre el potencial de la compañía, este grupo de CEO’s de élite se caracterizó por tomar decisiones más audaces, sumando un mayor número de movimientos estratégicos en sus primeros años que los ejecutivos más tradicionales. “Cambiar la dirección estratégica generalmente requiere liberar recursos, a menudo en parte reduciendo los costos en las partes de menor prioridad de la empresa”, dice el artículo.

No obstante, mientras que los programas de reducción de costos son, de acuerdo a la investigación, un movimiento clásico de todo líder, los CEO excepcionales habrían sido más radicales, deshaciéndose de unidades de negocio históricas que no generaban valor, tal como hicieron CEO’s de la talla de Meg Whitman (HP) o Jeff Immelt (General Electric), que llegaron a cambiar las cosas en sus firmas.

3. Equilibrio organizacional
El rediseño de la organización es una parte fundamental del abanico de herramientas del CEO de alto rendimiento, y las reorganizaciones de la administración son particularmente importantes para los CEO que lideran empresas con un desempeño inferior.

Según los socios de McKinsey, a diferencia de estos ejecutivos de élite, es menos probable que un CEO promedio lidere el rediseño organizacional o la reorganización del equipo de gestión en los primeros dos años en el cargo.

Para los consultores, los CEO en general son menos propensos a tomar decisiones radicales, sobre todo si heredan empresas que están en periodos de crecimiento o que no enfrentan escenarios de crisis potenciales.

En cambio, los CEO excepcionales, sin importar el escenario, se inclinan por plantear reconsideraciones fundamentales en el modelo de negocio o en el desarrollo de las estrategias, sin importar si en un inicio estos cambios arrojan pérdidas o no se reflejan en el incremento del valor de las acciones de la compañía, como Howard Schultz (Starbucks) o Reed Hastings (Netflix).

LIDERAZGO EXCEPCIONAL
Por definición, concluye el artículo de McKinsey, no todos los CEO serán excepcionales. “Sin embargo, para cualquier CEO que comienza una transición, hay mucho que aprender de los mejores”.

Para ellos, la introducción de una visión ajena arrojará los primeros conocimientos imparciales necesarios para avanzar en la dirección correcta. Del mismo modo, invertir en una revisión estratégica sólida proporcionará una perspectiva más segura para establecer un giro en el rumbo.

Posteriormente, un cambio de cultura a nivel organizacional ayudará a calibrar la velocidad y el alcance del cambio. Pero hoy, según la revista Harvard Business Review (HBS), que publica desde hace algunos años el ranking de los CEO con mejor performance, para ser realmente excepcional se necesita más que resultados financieros.

Por ejemplo, en 2014, Jeff Bezos, fundador de Amazon, encabezó la lista en 2014 en el ranking del CEO con mejor performance de HBS. No obstante, en 2015, cuando este ranking incorporó datos relacionados temas ambientales, sociales y de gobernabilidad (ESG por sus siglas en inglés), Bezos pasó del puesto N° 1 al N° 87. Es decir, hoy, para HBS, el CEO excepcional debe liderar una firma ejemplar.

¿Por qué los indicadores de ESG han tomado relevancia en el ranking de los CEO con mejor performance de HBS? A principios de 2017, los investigadores Amir Amel-Zadeh (Saïd Business School) y George Serafeim (Harvard Business School) publicaron los resultados de una encuesta a 413 ejecutivos de inversión, cuyas empresas administran colectivamente más de US$31 billones en activos.

El 50% indicó que la información ESG es relevante para el rendimiento de la inversión, y el otro 50% señaló que una empresa con un alto puntaje de ESG es una inversión menos riesgosa.

Es decir, hoy en día, los inversionistas de alto perfil utilizan con mayor frecuencia los puntajes ESG para definir en qué compañía invierten su capital, rechazando de plano aquellas empresas con puntajes muy bajos.

Para los gerentes encuestados, es una forma de impulsar a las organizaciones a ser mejores. “En general, la evidencia sugiere que el uso de la información ESG se basa principalmente en motivos financieros más que éticos”, concluyeron los investigadores.

¿Qué hace entonces realmente excepcional a un CEO? Sin duda, los resultados financieros son un primer pantallazo. Pero, en estos tiempos, en los que las grandes empresas buscan crear lazos más sólidos entre sus usuarios, clientes, inversionistas y socios, no cabe duda que el enfoque de los líderes en materia ambiental, social y de buen gobierno corporativo será otro elemento clave para definir si un CEO podrá ser un líder excepcional en el largo plazo. 

Estos principios te guiarán sin importar el tamaño de tu empresa o su ubicación geográfica.

Klever Tee Time / Redacción

La cultura es el ingrediente más importante del éxito de cualquier empresa. Vive y guíate por este lema. Aunque no puede definirse categóricamente ni medirse facilmente, agrega un valioso activo al balance. Si quieres tener éxito, la implementación de una cultura sólida puede ser la clave.

Esta simple verdad funciona con el fin de conseguir y mantener buenos colaboradores. Es necesario proporcionar un lugar en el que quieran trabajar; esta es la base de todas las empresas de alto rendimiento.

Entonces, ¿cómo construimos algo que no podemos definir y medir fácilmente? Como líderes, tomamos decisiones todos los días con información incompleta. Analizamos lo que sabemos, confiamos en nuestro instinto, hacemos nuestras apuestas y finalmente lideramos a través de la ambigüedad. La cultura no es diferente: lo sabemos cuando lo vemos. Y la buena noticia es que hay muchos líderes y empresas de los que podemos aprender; aquellas personas y lugares que constantemente hacen esto bien. Al observar estos ejemplos, creo que hay seis principios rectores para construir una buena cultura, sin importar su tamaño, industria o ubicación geográfica.

Mídelo para poder gestionarlo

Aunque no es fácil de hacer, eso no significa que no debamos intentar medir la salud de nuestra cultura. Reúna aportaciones cualitativas y cuantitativas en todos los niveles a través de encuestas, conversaciones individuales y comentarios programados periódicamente. Pregunte cómo se sienten las personas y qué se puede mejorar. Por ejemplo, en una reunión alguien dijo: “Mario  me acaba de decir que lo haga”. ¿Se estaba obligando a alguien a hacer algo que no quería hacer? Esa no es una cultura saludable, solo hacer cosas que crees que son estúpidas porque el jefe lo dijo.

Crea un ambiente seguro para la retroalimentación

Recompensar a las personas por decir la verdad es fundamental. El mayor obstáculo para obtener buenos datos surge cuando sus gerentes han ignorado, cerrado o reaccionado negativamente a, o peor aún, castigado a las personas por comentarios honestos. Todo lo que se necesita es un error para inculcar el miedo a hablar que inhibirá permanentemente su capacidad para obtener opiniones honestas en las que pueda actuar para mejorar su cultura.

No ignores las señales del problema

Si sientes algo incómodo o extraño, averigua por qué, pase lo que pase. Estamos finamente sintonizados para notar cuando las cosas van mal. Una reunión que fue demasiado tranquila. Una persona que simplemente no interactúa. Un comentario lateral que parecía un poco duro. Por supuesto, a veces no se puede saber si es un asunto personal o laboral el que molesta a alguien. Pero si se siente extraño, a menudo es un problema cultural que debe investigarse y aprender.

Aumentar los calores al nivel de las aspiraciones

Los valores son la base de su cultura, a menudo sinónimo de buena cultura. Todas las personas deben conocer sus valores de memoria y poder conectarlos con lo que hacen en el trabajo. Incorpore historias de valores en el trabajo diario para demostrar que sus valores son prácticos y están integrados en todos los aspectos de su empresa. Siempre lidere con el ejemplo viviendo sus valores y, lo más importante, disculpándose cuando no lo haga. No les pidas a los nuevos empleados que memoricen los valores, pero después de que hayan estado en la empresa algunas semanas, pegúntales cuáles creen que son los valores, según lo que hayan visto. Esto muestra si realmente se están viviendo.

Hazte responsable de los valores

Conocer y comprender los valores es fundamental, pero también lo es asegurarse de medir, avanzar y recompensar en función de la adherencia a los valores. Las empresas a menudo no logran incorporar valores en su sistema de gestión del desempeño. Y es un error fatal. Identifica los comportamientos asociados con cada valor y obtén comentarios formales durante todas las revisiones de cada comportamiento. Esto envía un fuerte mensaje de que los valores nunca son negociables. Los valores alimentan el éxito individual y colectivo, sin excepciones.

Sé constante

La cultura nunca se acaba. Se necesitan años para construir y momentos para destruir. Una manzana podrida puede estropear una buena cultura y diferentes momentos requieren diferentes culturas (como una pandemia, por ejemplo). Requiere una vigilancia constante. En última instancia, no existe una fórmula única ganadora. Pero el trabajo arduo y las mejoras incrementales eventualmente le darán la cultura que desea.

Al final del día, la cultura es un poco como el amor. Suave, blanda, difícil de definir, pero fundamental en última instancia para una vida feliz (laboral). Y al igual que el amor, tal vez no necesitemos ponernos de acuerdo en una definición de libro de texto para creer en él, nutrirlo y dejar que nos enriquezca. Sabemos que nos conecta. Sabemos que nos ayuda a tener éxito. Y sabemos que depende, especialmente de los líderes, fomentarlo y protegerlo.

No te detengas en buscar la cultura “correcta” o en encontrar las palabras perfectas para describirla. Confía en tu instinto, adopta la retroalimentación honesta, hazte responsable de ellos responsables y trabaja todos los días para ser el tipo de líder que construye empresas donde la gente quiere trabajar.