TeeTime Klever / Mundo Deportivo
Rickie Fowler iba caminando hacia su bola en la calle del hoyo 18 del Los Angeles Country Club, en una tarde fresca y nublada de domingo cuando miró a su derecha y a su izquierda y se hizo una pregunta muy inusual tratándose del Open de EE.UU.
“Hay muchas cosas diferentes en este US Open en Los Angeles Country Club, y eso va más allá de que el segundo campeonato más antiguo del golf mundial se celebre a las afueras de Beverly Hills.””, afirmó Fowler.
“El Open USA no ha tenido rough con hierba tipo Bermuda desde 2005 en Pinehurst No. 2 (Carolina del Norte), y sin embargo los greens del campo Norte son de bentgrass. Es cierto que se trata de uno de los campos más anchos del US Open. Pero podría ayudar poner un cartel de aviso en varios tees donde se leyera: ‘Los objetivos son más pequeños de lo que parecen”, añadió.
Otro gran cambio para este US Open es que llega una semana después de que el PGA Tour anunciara que el circuito LIV Golf con capital saudí y con el que había estado luchando en los tribunales es ahora su socio en una nueva empresa comercial con ánimo de lucro.
Nadie sabe lo que esto significa para LIV Golf y los jugadores que desertaron, ni para el PGA Tour y cómo calmar a los que decidieron quedarse.
“Tengo la misma cantidad de información que cualquier otro. Es muy difícil hacer según qué comentario o adoptar una postura en concreto porque no tengo suficiente información”, dijo Justin Thomas. “Todavía hay muchas cosas que tienen que definirse”, añadió.
El doble campeón del PGA jugó una vuelta de entrenamiento junto a Fowler y al ganador del US Open en 2015 Jordan Spieth, un día perfecto y tranquilo para echar un vistazo al campo en condiciones de US Open.
Hacía fresco y estaba seco y rápido. Dada la previsión de sequía, esta parece ser una semana en la que la USGA puede controlar las condiciones de juego a su gusto.
Thomas fue uno de los jugadores que se acercaron al L.A C.C durante la ‘gira’ del PGA Tour en la Costa Oeste en febrero, después de jugar en Torrey Pines o antes de hacerlo en Riviera. Será la tercera ocasión en los últimos nueve años que el Open USA se dispute en un campo por primera vez.
La diferencia es que Erin Hills (2017) y Chambers Bay (2015) solo habían abierto sus instalaciones 10 años antes de conseguir un US Open, y ninguno está en la lista para acoger otro. L.A C.C tiene mucha historia y ya se ha asegurado albergar otro US Open en 2039.
Gil Hanse supervisó la remodelación del diseño de George Thomas Jr. hace doce años en un campo que se trasladó por primera vez a esta propiedad en 1911. Ofrece casi de todo. “Es genial, muy singular”, dijo Thomas.
“Tiene una gran variedad de hoyos muy cortos y muy largos. Meter la bola en la calle es un premio. Pero tienes muchos segundo golpes donde juegas el wedge, y luego tienes hoyos en los que intentas averiguar cómo firmar el par. No tengo ni idea de cómo van a ir los resultados“, añadió.
Los pares 3 recibirán mucha atención, y esa fue otra primicia para Thomas: es la primera vez que juega una madera 3 en un par 3 dos veces en una misma vuelta. La primera fue en el hoyo 7, que tiene 284 yardas (unos 256 metros). La segunda, en el 11, con 290 yardas (261 metros).
Thomas también destacó la importancia de coger calles. En el hoyo 12, de 380 yardas (unos 342 metros), Thomas y Fowler pegaron cada uno un hierro largo a calle, dejándose un wedge o un hierro 9 a green.
Spieth golpeó con el driver sobre el borde de un búnker en la parte izquierda. La hierba es lo suficientemente rápida como para que la bola saliera rodando y no se detuviera hasta que llegó al rough de la derecha. Tardó un rato en encontrarla. Tenía un lob wedge a green sin poder controlarlo, y el control lo es todo en un US Open.
El rough no necesita ser muy espeso para penalizar un golpe tratándose de Bermuda. La bolas quedaban engullidas. Como era domingo, los ‘marshalls’ voluntarios aún no habían aparecido por el campo.
“Cada vez que nos salíamos de calle, más de uno tardaba unos minutos en encontrar la bola”, precisó Thomas. “Es muy raro en California, y menos aún en un Open de EE.UU. No sé si he jugado un US Open con Bermuda. Pero es muy, muy desagradable”, concluyó.