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Quail Hollow

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Tee Time Klever/BBC Sport

Rory McIlroy: el rey de Quail Hollow quiere otro major.

El segundo major del año llega con un protagonista claro: Rory McIlroy. El norirlandés no solo llega con el impulso de haber ganado el Masters y completar el Grand Slam, sino que pisa terreno conocido en Quail Hollow, un campo que domina como pocos.

McIlroy acumula cuatro victorias en este exigente par 71 de 7,626 yardas en Charlotte, Carolina del Norte. Desde su primer triunfo en 2010 con apenas 20 años, pasando por un récord de campo de 61 golpes en 2015, hasta su más reciente victoria el año pasado, Rory ha hecho de Quail Hollow su casa.

Foto: GOLF.com

El apodo que le dio Jordan Spieth —”Rory McIlroy Country Club”— no es casualidad. Su potencia desde el tee, su capacidad para superar obstáculos y su confianza en este trazado lo hacen un contendiente formidable. Aunque en 2017, cuando se jugó allí el PGA por primera vez, no brilló, hoy la historia es distinta: el campo ha sido ajustado, McIlroy llega como campeón vigente en Augusta y, sobre todo, con una confianza renovada.

Las condiciones meteorológicas pueden favorecerle aún más. Se espera un campo blando y húmedo, ideal para aprovechar su largo juego desde el tee. Y aunque el golf nunca garantiza resultados, pocos jugadores combinan forma, historia y motivación como lo hace Rory esta semana.

Si gana, igualaría a Nick Faldo con seis majors y reforzaría su legado como uno de los grandes del golf europeo. Para los aficionados, verlo en Quail Hollow es casi garantía de espectáculo.

Tee Time Klever/PGA Tour

El Campeonato de la PGA vuelve a Carolina del Norte por cuarta vez, y lo hace en un lugar que muchos jugadores ya conocen bien: el Quail Hollow Club en Charlotte. Esta será la segunda vez que este campo albergue el major, tras hacerlo en 2017, y promete ofrecer una mezcla de tradición, exigencia técnica y un entorno inigualable.

1. Fundado por visionarios locales en 1959, Quail Hollow es hoy una de las instalaciones de golf más emblemáticas del sur de Estados Unidos. Su club house de estilo sureño, enclavado en 103 hectáreas de terreno boscoso, ofrece una elegante bienvenida a apenas 11 kilómetros del centro de Charlotte. Aunque está rodeado por una comunidad residencial, no tiene viviendas dentro del campo, preservando su atmósfera clásica.

Foto: WSOC TV

2. El diseño original fue obra de George Cobb, reconocido por su estilo audaz y fluido, influenciado por figuras como Robert Trent Jones Sr. y Dick Wilson. Posteriormente, Arnold Palmer y Tom Fazio hicieron modificaciones que refinaron su carácter competitivo y moderno. La influencia de Cobb también se extiende al Augusta National, donde colaboró en el diseño del famoso campo par 3.

3. El recorrido, dividido entre tierras altas y bajas, tiene una identidad paisajística clara y poderosa. Agua, árboles y cambios de elevación estratégicos lo convierten en un escenario tan bello como exigente. Particularmente famosos son los hoyos finales alrededor de un lago que, sin nombre, se ha convertido en símbolo del drama dominical.

4. En lo competitivo, Quail Hollow ha sido sede del PGA TOUR durante décadas, con eventos memorables como el Abierto de Kemper (1969–1979) y, más recientemente, el Campeonato Wells Fargo. En sus fairways han brillado figuras como Tom Weiskopf, Anthony Kim y Rory McIlroy, quien ya suma cuatro victorias aquí.

Foto: PGA Championship

5. Más allá de los torneos regulares, ha sido anfitrión de grandes citas como el Campeonato de la PGA 2017, ganado por Justin Thomas, y la Copa Presidentes de 2022, que ofreció duelos ajustados hasta el hoyo 18. Estos eventos reafirmaron la calidad del campo y su capacidad de generar emoción hasta el último golpe.

6. Técnicamente, Quail Hollow exige precisión aérea, con calles estrechas flanqueadas por árboles y grandes greens ondulados que no perdonan errores de aproximación. Sus primeros hoyos ya plantean grandes retos, como el par 4 del hoyo 1 o el hoyo 7, un par 5 donde la estrategia es clave.

7. Y, por supuesto, el cierre icónico de la “Milla Verde”, los hoyos 16, 17 y 18, es una montaña rusa de emociones. El hoyo 16 exige potencia, el 17 precisión sobre agua, y el 18 es una prueba de temple donde se han definido campeonatos, con momentos legendarios como el birdie final de McIlroy en 2010.