La cocina vasca de Martín Berasategui en el restaurante M.B. y la japo-fusión de Ricardo Sanz en Kabuki Abama, son dos propuestas que consiguen que el hedonismo en este resort se multiplique.
Tee Time Klever/ Elle
Las Canarias. Tenerife. La isla afortunada verde. A los pies del Teide, ante el magnífico volcán que duerme plácidamente y con vistas panorámicas al azul infinito del océano Atlántico y la preciosas tierras de La Gomera.
Es el lugar donde The Ritz-Carlton, Abama extiende sus dominios convertido en un oasis de hedonismo. Para desconectar y descansar. Y rendir culto al Dios de de la gula, porque sus restaurantes vuelven a brillar con sus flamantes propuestas gastronómicas y estrellas Michelin de nuevo pulidas.
Hablamos de un hotel único cuya visita es ya en sí una experiencia. Pero en esta ocasión no vamos a hacer referencia a sus 5 estrellas, ni a la exclusividad que ofrece, sus villas y suites, ni a las instalaciones de este resort de lujo como un spa de 2.500 m2, sus inmensas piscinas o sus 160 hectáreas donde la naturaleza es el medio.
Buscamos el sabor que nos ofrece un complejo que cuenta con 8 restaurantes, entre ellos algunos que por sí solos ya son la excusa para marcar en tu agenda el próximo viaje.
Ubicados junto a las laderas del Teide, en espacios privilegiados donde la belleza y la armonía se funden con sus distintos espacios para formar parte de su interiorismo y de su alma, se encuentran los restaurantes entre los que destacan M.B, donde la cocina de raíces vascas de Martín Berasategui conquista paladares; y el japonés Abama Kabuki del chef Ricardo Sanz.
Ambos suman 3 estrellas Michelin ya están brillando de nuevo tras la pandemia.